La Comisión para la Reconciliación del pueblo Coreano, al interno de la Conferencia Episcopal del Corea, anunció en su encuentro anual la publicación del Informe Anual 2007 sobre la Libertad religiosa en Corea del Norte. El Informe ha sido elaborado por la misma Comisión, en cooperación con el Centro de recolección de datos para los Derechos humanos en Corea del Norte.

Se trata del primer documento de ese tipo publicado en Corea y contiene información sobre cuestiones religiosas relacionadas a corea del Norte, datos y estadísticas sobre religión, un cuadro histórico, el estado de la libertad religiosa y también algunos episodios de abusos y violaciones. El Informe incluye los resultados de una encuesta de opinión realizado con 755 norcoreanos huidos y refugiados en Corea del Sur. El 85,7% de los entrevistados afirma que de hecho no hay libertad religiosa en Corea del Norte. El 98,7% afirma que no ha tenido nunca un permiso regular del régimen para acudir a una iglesia o a un templo.

Según los datos suministrados por el Centro de recolección de datos, la persecución religiosa también se ha acrecentado en el país después de la década de 1990 y las autoridades no dudan en encarcelar a los que no respetan las normas establecidas y deciden llevar acabo actividades no autorizadas.

El Informe recuerda cómo en el periodo 1945-1960, a causa de una violenta campaña del régimen que buscaba eliminar las religiones, la actividad religiosa y de culto prácticamente desaparecieron del todo en Corea del Norte. Pero en los últimos años se puede notar un despertar del latente deseo de religiosidad, congelado por decenios, entre la población. Todavía en la actualidad el gobierno impide una liberta religiosa real y no permite el trabajo misionero o la educación religiosa aunque, nominalmente, sí les permite a los ciudadanos profesar un determinado culto.

Como conclusión el Informe propone un plan de promoción de la libertad religiosa en Corea del Norte. El plan prevé una mayor atención a la situación del país, el estudio y la posibilidad de promover intercambios y contactos que puedan ayudar a la libertad religiosa en el Norte, intensificando también las actividades oficiales y semi-oficiales. Se ha propuesto también instituir una federación interreligiosa con el fin de trabajar en favor del Norte junto con otras comunidades religiosas.