Muere un sacerdote de 90 años víctima de una agresión

el . Publicado en Noticias de 2007

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La Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a través de su órgano informativo Fides, difundió el sábado la noticia de la muerte del padre Mario Bianco, de 90 años, ocurrida en Manizales, en la zona centro-occidental del país latinoamericano. Su fallecimiento, el 15 de febrero de 2007, fue consecuencia de los malos tratos que recibió de criminales que asaltaron la residencia de los religiosos.

El 4 de febrero irrumpieron unos delincuentes en el edificio que tiempo atrás acogía el seminario de la Consolata en la citada localidad colombiana. En Manizales estos misioneros tienen dos comunidades. En el lugar vivía el padre Bianco junto a otro misionero italiano y algunas personas que se ocupan de los servicios, mientras que los seminaristas residen ahora en otro lugar.

Era por la tarde cuando los criminales ataron y maltrataron al anciano sacerdote y a una empleada, y agredieron y ataron también a otro sacerdote, el padre Francesco Mellizo, de 73 años, que había regresado al poco rato. Por horas los agresores buscaron dinero y objetos de valor; finalmente huyeron en el coche de los misioneros.

Aunque el padre Bianco fue ingresado en un hospital cuando finalizó el episodio, a los once días falleció de un infarto. «Había pasado unos 60 años en Colombia, casi toda su vida de misionero, dedicándose de manera especial a la pastoral», recordó a «Fides» el secretario de los Misioneros de la Consolata, el padre José Luis Ponce de León, quien conoció hace tres décadas al sacerdote desaparecido.

El padre Pietro Trabucco, de la Consolata, especificó en Radio Vaticano detalles de este dramático suceso. Al fugarse, los ladrones dejaron a los agredidos atados, y así permanecieron «unas cuatro horas, y el padre Bianco estaba echado en el suelo, por lo que padeció el frío y la humedad de esa tarde», lamenta. «Cuando lograron desatarse y pedir ayuda, el padre comenzó a sentirse mal. Fue internado, tuvo una bronco-pulmonía y murió de infarto, pero todos los hermanos de comunidad de Colombia dicen que ciertamente el deceso ocurrió como consecuencia del maltrato padecido».

El sacerdote fallecido -recuerda el padre Trabucco- «dedicó toda su vida por los pobres en las situaciones más difíciles y siempre fue de gran ejemplo»; «se sentía feliz» y «a pesar de su edad quiso quedarse en Colombia dando todo de sí mismo». «El padre Bianco es la enésima víctima de esta violencia generalizada que hay un poco por todo el país», concluyó.

En Colombia se encuentran más de cien misioneros de la Consolata, entre ellos cuatro obispos. El presidente del episcopado del país, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, es miembro de esta congregación.

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